Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1884-1885 (Cortes de 1884 a 1886)
Sesión: 12 de julio de 1884
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 45, 1182-1183
Tema: Expediente de suspensión del Ayuntamiento de Palma y de Tarragona. Respuesta a la intervención del Ministro de Gobernación

No estoy en ánimo de pelear (El Sr. Ministro de la Gobernación: Me alegro), porque lo que quiero es que se aclaren los hechos.

Por lo demás, el Sr. Senador a que ha aludido su señoría, no dijo que S.S. debería ir a presidio: eso es que lo ha entendido S.S., S.S. sabrá por qué. (El señor Ministro de la Gobernación: Esa es mayor injuria.- Protestas en la mayoría.)

(El Presidente exige que se aclaren esas palabras)

Es que no me han dejado aclarar el concepto, Sr. Presidente.

Aquel Sr. Senador, en tesis general, creía que no había remedio en la cuestión electoral, si no iba alguna vez un Ministro a la barra y de allí a presidio; es decir, si no se exigía verdadera responsabilidad ministerial. ¿Por qué se dio por aludido S.S.? Porque creería, sin duda, que esas palabras se podrían dirigir a S.S. por su conducta electoral. ¿Me di yo por aludido, que también he hecho elecciones?

Es, pues, necesario ser prudentes y oír con calma?.

(Intervienen el Sr. Ministro de la Gobernación y el Presidente del Consejo de Ministros).

Yo acepto las explicaciones que S.S. quiera: las he acabado de dar.

Se refería aquel Sr. Senador a un remedio que en su concepto lo hay en las leyes, porque para eso se exige en las leyes la responsabilidad ministerial, y no se refería a un Ministro en particular. Hablaba de lo mal que se hacen las elecciones, y decía: ese mal no se remediará hasta que un Ministro vaya a la barra, y de allí a presidio; es decir, hasta que a un Ministro se le exija la debida responsabilidad. ¿Por qué, preguntaba yo, el Sr. Ministro de la Gobernación actual cree que le eran aplicables esas palabras? Pues porque quizá creerá que se ha hecho responsable de una responsabilidad ministerial o política en la cuestión electoral; porque de otra manera, ¿por qué ha tomado para sí aquel concepto de aquel Sr. Senador? Yo no lo he tomado para mí.

(Interpelación del Presidente del Congreso de Ministros).

En todo lo que pudieran ofender personalmente al Sr. Ministro de la Gobernación, a quien no tengo ánimo de ofender. Es una cuestión en absoluto que me viene a dar la razón, el que el mismo Sr. Ministro de la Gobernación que dice que han sido las elecciones más libres del mundo, tendrá algún escozor de que no ha sido así, cuando se atribuyó las palabras que un Sr. Senador pronunció hablando en tesis general y refiriéndose, no al Sr. Ministro de la Gobernación, sino a todos los Ministros que han hecho elecciones.

(Nueva intervención del Presidente.)

Pues qué, ¿hay alguna que pueda molestar al Sr. Ministro de la Gobernación, en las palabras que estoy pronunciando? (El Sr. Ministro de la Gobernación Todas las que está diciendo S.S.) Es decir que yo no puedo creer sin ofender a S.S. personalmente, que S.S. ha adquirido responsabilidad ministerial en las elecciones que acaba de realizar. ¿No es eso? Pues no he dicho otra cosa.

(Habla el Presidente.)

No he podido dar ni he dado [1182] otro sentido ni significación a mis palabras que la idea de que el Sr. Romero Robledo pudiera creerse aludido por aquel Sr. Senador en la responsabilidad ministerial que S.S. ha podido adquirir como Ministro responsable de la Corona.

De la misma manera que el señor Ministro de la Gobernación cree que su antecesor ha podido adquirir alguna responsabilidad ministerial en el mero hecho de haber dicho ayer en el Senado: aquí hay un expediente en que aparece falsificada una Real orden y un dictamen del Consejo de Estado. (El Sr. Ministro de la Gobernación: Dije falseada.) Y eso cree S.S. que no debe ofender al Sr. González ni a nosotros; pero en cambio se ofende de que nosotros creamos que S.S. ha adquirido responsabilidad ministerial, que ha echado sobre sí la responsabilidad ministerial por las elecciones que acaba de realizar.

Por consiguiente, no saquemos las cosas de su quicio. Ni yo tengo intención ni deseo de mortificar personalmente a S.S., a quien personalmente estimo, aunque como Ministro le combata tan fuertemente como lo crea preciso, tan fuertemente como pueda dentro del Reglamento, porque me parece un malísimo Ministro, aunque le crea un excelente amigo.

Por consiguiente, dejando este incidente, insisto en que venga el expediente a que hemos hecho referencia S.S. y yo, y deseo que venga también el expediente de esa otra Diputación provincial que su señoría ha dicho, y todos aquellos expedientes que crea que puede haber responsabilidad ministerial para mi distinguido amigo el Sr. González y para todos sus compañeros de Gobierno, que en él tienen absoluta confianza; y venga en último caso la responsabilidad ministerial, que a mí no me asusta ni por eso ni por eso me ofendo, como parece ser que se ofende su señoría. Cuando eso venga, entonces estaremos en ese debate, sin que ahora lo deshojemos sin ninguna necesidad. Vamos, pues, a tener el debate con datos a la vista, que es como se discute bien; mientras que ahora la situación es desigual, porque S.S. puede tener antecedentes que ignoro yo, que ignora el interesado, que ignoramos todos. Vengan, pues, los datos, y con armas iguales dilucidemos este punto, que yo, el partido y el Sr. González, estamos muy interesados en que así se haga; y si en efecto hubiera alguna falsedad, se buscará el origen de esa falsedad y se verá a quién ha de imputare, y en caso necesario, esa falsedad se llevaría a los tribunales para que impusieran el debido castigo. [1183]



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